martes, 24 de marzo de 2009

La última cena del Titanic

Un hotel ofrece el menú que degustaron los pasajeros más pudientes la noche que se hundió el famoso trasatlántico.

Los espectadores de la película Titanic pudieron ver a la actriz Kate Winslet en el lujoso restaurante de aquel palacio flotante. Desde la butaca podían imaginar los exquisitos platos que se servían en sus manteles de hilo. Ahora, además de verlos, es posible degustarlos.
El hotel Palace ofrece el menú a la carta (diez platos) que la fatídica noche del 14 de abril de 1912 se sirvió en el restaurante A la carte, un reservado para los vip del trasatlántico. Era el único que tenía carta y que había que abonar en el acto. Los demás restaurantes funcionaban con menos refinamiento (o ninguno: a los viajeros de tercera clase se les se repartía el rancho). El precio de todos ellos estaba incluido en el pasaje.
El menú A la carte fue diseñado por el gurú gastronómico Augusto Escoffier. Constaba, en total, de quince platos. 'Ostra con cava volouté y salsa holandesa', 'consomé Olga', 'salmón al vapor con salsa muselina y pepino', 'filet mignon lili', 'pollo salteado a la lionesa', 'cordero con salsa de menta', 'pato asado con salsa de manzana', 'solomillo de ternera con patatas chateau', punch a la romana', 'pichón al horno', 'espárragos a la vinagreta', 'paté de foie gras', 'tarta Waldorf', 'melocotones en gelatina con licor de chartresses' y 'bizcochos con helado de chocolate o vainilla'.
El Palace recorta la oferta a diez platos. No son grandes cantidades, pero tampoco hay que utilizar la lupa. El cliente debe elegir entre el filet mignon o el pollo salteado, y entre el cordero, el pato y el solomillo. De los tres postres también se tiene que quedar con uno. Precio, 50 euros. Incluye el IVA, pero no los vinos. «Resultaba técnicamente imposible reproducir los vinos que tomaron aquel día», explicó Paloma García, relaciones públicas del establecimiento. «Lo que hacemos es ofrecer una carta de vinos que pueden evocar, de alguna manera, los de entonces». La vajilla es la misma (las mismas piezas) con la que se inauguraró el hotel en 1912. «No podemos utilizarlas a diario porque se han ido rompiendo algunas piezas, pero para una ocasión como ésta merecía la pena sacarla del armario», dijo Paloma García. La vajilla es de porcelana de Limoges. La cubertería de plata también es la de 1912. La Voz De Galicia.

martes, 3 de marzo de 2009

Cita sobre la alimentación.

"Una comida bien equilibrada es como una especie de poema al desarrollo de la vida."

Anthony Burgess. (Escritor y político inglés.)

Cita sobre la literatura.

"La literatura es el arte de la palabra."

Gayol Fernández.

Jaime Siles: Días del yo.

Poeta de largo, larguísimo recorrido, aliento clásico y verso diáfano, y una obra firme y perdurable, Jaime Siles obtuvo por su más reciente libro, «Actos de habla» (Ed. Plaza y Janés), el XIII Premio de Poesía Ciudad de Torrevieja. Una obra que es para el autor valenciano «un libro muy nuevo, producto de una investigación del lenguaje poético, una investigación de lo formal a la manera de Rilke». El yo y el tiempo son los ejes sobre los que gira este poemario, «poesía del pensamiento, poemas que siguen un ritmo discursivo de la lengua coloquial llevada a una dimensión literaria». «Lenguaje de esa voz / en la que oigo / los ecos del latido perpetuo del mundo, / los ecos mutilados de Dios», escribe Siles en «Yoyear» un título más que afortunado para acercarnos al «lirismo del yo, poner el yo frente a sí mismo, aunque ese yo no sea necesariamente Jaime Siles, porque no hablo de un yo empírico, sino discursivo, porque al poeta le habitan voces, incluso le habitan personas». «Actos de habla», un libro del que el autor de «Himnos tardíos» subraya su alejamiento de «las corrientes más recientes de la poesía, porque la poesía más que una moda tiene que ser una verdad. Al fin y al cabo eso es lo que busca todo poeta, a falta de cualquier certidumbre poder llegar a alguna verdad. Vivimos tiempos de oscuridad y los poemas intentan arrojar algo de luz sobre esas tinieblas»: «De la única vida que merece vivirse: / la de los dulces días de la imaginación». Sacado de ABC.

Colmillo Blanco y Marina

He acabado de leer "Colmillo Blanco". El libro me gustó mucho aunque me sentí un poco triste mientras leía la historia. Jack London relata muy bien todo en general, utilizando, a veces, palabras difíciles para mí. El libro trata sobre un perro lobo al que tras sus viajes por la vida le van pasando una serie de cosas, entre las cuales, lo maltratan. En el final me llevé una sorpresa al ver que todo acabó bien.

Ahora voy a leer "Marina" de Carlos Ruíz Zafón. He decidido leer este libro de entre los que tenía gracias a mi hermana, la cual me dijo que era su libro favorito y le había encantado. He leído ya una entrada que aparece al principio del libro y el primer capítulo. Por lo que he leído trata sobre un chico llamado Ócar, cuya edad en lo que he leído no la dice, que está en un internado en Barcelona, del cual, desaparece durante una semana sin dejar rastro. Al cabo de una semana lo encuentran en una estación de tren. Cuando vuelve al internado actúa con naturalidad. En el tiempo que tienen entre el final de las clases y la hora de cenar él se escapa del internado y se dedica a explorar la ciudad llena de casas, la mayor parte abandonadas, y otras ocupadas por personas que rara vez han salido de allí.